¿Tuvo Isaías varios escritores? Evidencia Bíblica e Histórica
Evidencia Bíblica
¿Cuándo vivió Isaías?
¿Qué indica que Isaías fue el escritor del libro?
El hecho de que Jehová mandó a Isaías que escribiera juicios proféticos lo establece Isaías 30:8: “Ahora ven, escríbelo sobre una tablilla con ellos, e inscríbelo hasta en un libro, para que sirva para un día futuro, para testimonio hasta tiempo indefinido”. Los antiguos rabinos judíos reconocían a Isaías como el escritor y ponían su libro en primer lugar entre los libros de los profetas mayores (Isaías, Jeremías y Ezequiel).
La unidad del libro de Isaías
Hay mucha prueba de que Isaías escribió todo el libro que lleva su nombre. Por ejemplo, la unidad del libro se indica por la expresión: “el Santo de Israel”, que aparece 12 veces en los capítulos 1 a 39, y 13 veces en los capítulos 40 a 66, un total de 25 veces; mientras que solo aparece 6 veces en lo restante de las Escrituras Hebreas.
Hay otras similitudes entre los Isa capítulos 1 a 39 y 40 a 66. En ambas secciones se utilizan con frecuencia las mismas figuras retóricas, como la de una mujer con dolores de parto y un “camino” o una “calzada”. También se hace referencia a “Sión” repetidamente: veintinueve veces en los Isa capítulos 1 a 39 y dieciocho en los Isa capítulos 40 a 66. De hecho, en Isaías se menciona a Sión en más ocasiones que en cualquier otro libro de la Biblia. Tales pruebas, según The International Standard Bible Encyclopedia, “imprimen al libro una individualidad que sería difícil de explicar” si hubiera tenido dos, tres o más escritores.
Y... ¿Qué opinaban los escritores del Nuevo Testamento?
Los escritores inspirados de las Escrituras Griegas Cristianas atribuyeron a “Isaías el profeta” tanto la información que hoy se recoge en los capítulos 1 al 39 como la de los capítulos 40 al 66. Nunca dieron a entender que hubiera dos personas con ese nombre, ni que el escritor de una parte del libro fuese desconocido. Un ejemplo lo hallamos en el evangelista Mateo, quien explica que el ministerio de Juan el Bautista cumplió las palabras proféticas que ahora leemos en Isaías 40:3. ¿A quién atribuye Mateo la profecía? ¿A un Deutero-Isaías desconocido? No. Él identificó al escritor sencillamente como “Isaías el profeta” (Mateo 3:1-3). Además, en otras muchas citas de la última parte de Isaías que hacen los escritores de las Escrituras Griegas Cristianas, se señala específicamente que el escritor es “Isaías el profeta” y no algún desconocido. (Compárese Mateo 12:17-21 con Isaías 42:1-4; Romanos 10:16 con Isaías 53:1.) Cuando el mismo Jesucristo leyó “el rollo del profeta Isaías” en la sinagoga de Nazaret, leyó de Isaías 61:1, 2. (Lucas 4:17-19.) El apóstol Pablo también testifica de la unidad del libro al citar de todas partes de la profecía y atribuir la obra entera a un solo escritor: Isaías. (Compare Romanos 10:16, 20; 15:12 con Isaías 53:1; 65:1; 11:1.)
Los que niegan que Isaías escribiese los capítulos 40 al 66 suelen negar también que fuese el autor del capítulo 13, que habla de la caída de Babilonia. Sin embargo, este capítulo empieza con las palabras: “La declaración formal contra Babilonia que Isaías el hijo de Amoz vio en visión”. Obviamente, este es el mismo “Isaías el hijo de Amoz” cuyo nombre aparece en el versículo de apertura del primer capítulo.
Interrelación con otras partes de la Biblia.
El libro de Isaías está estrechamente relacionado con muchas otras partes de la Biblia. Al menos un siglo después de Isaías, Jeremías escribió los libros de los Reyes, y es interesante observar que lo que está registrado desde 2 Reyes 18:13 hasta 20:19 es esencialmente lo mismo que se halla en los capítulos 36 al 39 de Isaías. Otros escritores bíblicos no solo abarcan información similar a Isaías, sino que hacen numerosas referencias directas a este libro.
Entre las profecías más sobresalientes del libro de Isaías que se citan con más frecuencia están las que predicen detalles sobre el Mesías. Es digno de mención que el libro de Isaías fue el que más citaron Jesucristo y sus discípulos para identificar con claridad al Mesías.
Las profecías, junto con todo el resto del libro, engrandecen a Jehová, el Santo de Israel, como Aquel que salva a su pueblo mediante su Hijo ungido.
Las profecías mesiánicas
Isaías 7:14 Jesús nace de una virgen Mateo 1:22, 23
Isaías 9:7; 11:1-5, 10 Descendencia de David, hijo Lucas 1:32, 33; de Jesé Romanos 15:8, 12
Isaías 40:3-5 Se anunció respecto a su venida: “¡Preparen el camino de Jehová!” Mateo 3:1-3; Marcos 1:1-4 Lucas 3:3-6; Juan 1:23
Isaías 61:1, 2 Jehová lo ungió para declarar buenas nuevas a los mansos Lucas 4:17-21
Isaías 9:1, 2 Trajo luz a Galilea Mateo 4:13-16
Isaías 42:1-4 Aclaró qué es la justicia de Dios; no quebrantó a los que eran como una caña cascada Mateo 12:10-21
Isaías 53:4, 5 Cargó con las enfermedades de otros Mateo 8:16, 17; de otros; por sus heridas otros fueron sanados 1Pedro 2:24
Isaías 53:1 No pusieron fe en él Juan 12:37, 38
Isaías 53:12 Se le contó con los desaforados Lucas 22:37 8:14, 15;
Isaías 28:16 Rechazado, piedra de tropiezo, pero llegó a ser la piedra angular de fundamento 1Pedro 2:6-8
Isaías 50:6 Le insultan, abofetean, escupen Mateo 26:67; Marcos 14:65
Isaías 53:7 Permanece callado, sin quejarse, ante sus acusadores 32-35 Mateo 27:12-14; Hechos 8:28
Isaías 53:9 Enterrado en la tumba de un rico Mateo 27:57-60
Isaías 53:8, 11 Su muerte en sacrificio abre el camino para que muchos disfruten de una condición de justos ante Dios Romanos 4:25.
Evidencia Histórica
Los que afirman que tuvo mas de 1 escritor dicen basan algunas pruebas en que el estilo es diferente en el libro, pero todo argumento basado en el estilo es precario, inestable, ya que el estilo de un autor puede variar según su propósito, su público, su estado de ánimo, su edad y otros factores. Motyer, autor del Nuevo comentario bíblico (Editorial Mundo Hispano, USA, 1996), opina que “Resulta intolerablemente intransigente y falto de imaginación negar que un solo autor no sea capaz de usar diferentes estilos”
Además, en el contexto geográfico, el autor menciona cedros, olivos, arrayanes, cipreses, que descartan Egipto o Caldea (Isaías 41.19; 55.13) como su lugar de residencia. Los paisajes o climas que usa en sus metáforas no reflejan el entorno babilónico: montes, bosques, el mar, la nieve, la tierra fertilizada por la lluvia, no por el desbordamiento de ríos o por irrigación (Isaías 40:12; 41:15; 43:16; 44:27; 48:18).
Muchos críticos señalan que del capítulo 40 en adelante se habla de Babilonia como el imperio dominante y de los israelitas como si ya estuvieran en el exilio. Hay que tener en cuenta que aun antes del capítulo 40 se presenta a veces a Babilonia como la potencia mundial dominante. Por ejemplo, en Isaías 13:19 se la llama “Hermosura de reinos y ornamento de la grandeza de los Caldeos”. Estas palabras son claramente proféticas, ya que Babilonia no se convirtió en potencia mundial hasta más de un siglo después. Un crítico “resuelve” esta aparente dificultad afirmando que el capítulo 13 de Isaías pertenece a otro escritor. Pero lo cierto es que en las profecías bíblicas es bastante común que se hable de sucesos futuros como si ya hubieran tenido lugar. Este recurso literario recalca de forma eficaz la certeza del cumplimiento de la profecía en cuestión (Apocalipsis 21:1-6). Además, en Isaías 39:1 hace mención de que el rey Ezequías recibe a representantes de Babilonia, a cuya alianza Isaías se opuso, pero no fue escuchado y a la postre, produjo el colapso de Judá. En realidad, el Dios de la profecía verdadera es el único que puede afirmar: “Nuevas cosas anuncio. Antes que empiecen a brotar, hago que ustedes las oigan” (Isaías 42:9). Y la prueba mas contundente de que Isaías 13 la escribió el profeta, es leer el versículo 1: "Esta es una declaración contra Babilonia que Isaías hijo de Amoz vio en una visión". Veamos otras pruebas:
Los Rollos del mar Muerto
Es interesante que, comenzando en el año 1947, de la oscuridad de unas cavernas no lejos de Khirbet (Qirbet) Qumrán, cerca de la costa noroeste del mar Muerto, se sacaron unos documentos antiguos. Estos fueron los Rollos del Mar Muerto, y entre estos estuvo la profecía de Isaías. Este documento está hermosamente escrito en hebreo premasorético bien conservado, y tiene unos 2.000 años de antigüedad, desde fines del siglo II a.e.c. Su texto, pues, sobrepasa por alrededor de mil años en antigüedad al manuscrito más antiguo en existencia del texto masorético, en el cual se basan las traducciones modernas de las Escrituras Hebreas. Hay variaciones menores en la grafía de palabras y algunas diferencias en la construcción gramatical, pero no varía doctrinalmente del texto masorético. Aquí hay prueba convincente de que las Biblias que tenemos hoy contienen el mensaje inspirado original de Isaías. Además, estos rollos antiguos refutan el argumento de los críticos sobre dos “Isaías”, pues el capítulo 40 comienza en la última línea de la columna de escritura que contiene el capítulo 39, de modo que la oración de apertura se completa en la columna siguiente. Como se ve, el copista obviamente no sabía nada de algún supuesto cambio de escritor o de alguna división del libro en este punto.
Hay prueba abundante de la autenticidad del libro de Isaías. Aparte de Moisés, de ningún otro profeta citan más a menudo los escritores cristianos de la Biblia. Igualmente, hay una abundancia de prueba histórica y arqueológica de que es genuino; por ejemplo, los registros históricos de los monarcas asirios, entre ellos el prisma hexagonal de Senaquerib, en el cual él da su propio relato del asedio de Jerusalén. (Isa., caps. 36, 37.) El montón de ruinas que una vez fue Babilonia todavía da testimonio del cumplimiento de Isaías 13:17-22. Hubo un testimonio viviente en cada uno de los miles de judíos que marcharon de regreso de Babilonia, libertados por un rey cuyo nombre, Ciro, había sido escrito por Isaías casi 200 años antes. Puede ser que a Ciro más tarde se le mostrara este escrito profético, porque al libertar al resto judío él mencionó que había sido comisionado por Jehová para hacer aquello. (Isa. 44:28; 45:1; Esd. 1:1-3.)
Los historiadores clásicos
Por último, examinemos el testimonio del erudito y respetado historiador judío del siglo I, Flavio Josefo. Este no solo señala que las profecías de Isaías acerca de Ciro se escribieron en el siglo VIII a.e.c., sino también que aquel monarca estaba al tanto de su contenido. “Ciro conoció esto al leer el libro en que Isaías emitió profecías relativas a él y que su autor había legado doscientos diez años antes”, escribe Josefo. Según él, es posible que el conocimiento de tales profecías incluso haya contribuido a la buena disposición de Ciro para enviar a los judíos de regreso a su patria, pues señala que a este rey “lo embargó una suerte de ímpetu y pasión por cumplir lo escrito” (Antigüedades Judías, libro XI, cap. I, sec. 2 [5, 6]).
¿A qué conclusión llevan las pruebas mencionadas? A que Isaías tuvo un solo escritor, que fue inspirado por Dios. El libro completo se ha conservado a lo largo de los siglos como una sola obra, no dos ni más. Algunos pudieran alegar que su estilo varía ligeramente a partir del capítulo 40. Pero recordemos que Isaías fue profeta de Dios durante un mínimo de cuarenta y seis años. Es de esperar que en ese intervalo cambiara el contenido de su mensaje, así como su manera de expresarlo. Jehová no comisionó a Isaías tan solo para pronunciar serias advertencias de juicio, sino también para transmitir Sus palabras: “Consuelen, consuelen a mi pueblo” (Isaías 40:1). El pueblo con el que Dios había establecido su pacto recibiría verdadero consuelo de su promesa de que, tras setenta años de destierro, los judíos serían repatriados.
"Toda escritura es inspirada por Dios" - 1 Timoteo 3:16